sábado, 6 de agosto de 2011

Tímalos del Byske (III)

La limpieza del río en su cauce y en las orillas es lo que primero nos llama la atención y luego nos da envidia al compararlos con los nuestros, es muy difícil encontrar plásticos, botes, botellas, restos de comida…etc. es otra cultura… es cuestión de educación. Se me viene a la cabeza una anécdota que ocurrió con la hija de unos amigos gallegos de Santiago de Compostela que hace unos cuantos años atrás nos hicieron una visita. Un día les llevé a Teverga desde Oviedo y cuando estábamos a la altura de Trubia, la niña me mira y me dice entre extrañada y divertida: “¿por qué los asturianos adornáis los árboles?” no entendiendo nada le pregunto: ¿a que te refieres, con eso de adornar los árboles? Y señalando a través de la ventanilla del coche me enseña los árboles de ribera del río Trubia llenos de tiras de bolsas de plástico de colores. Otra de las cosas que llama la atención es que en casi todas las posturas salmoneras, existen cabañas de madera sin puerta donde poder resguardarse de la lluvia. Hay que tener en cuenta que suele llover bastante, aunque a nosotros en diez días de pesca, solamente nos llovieron dos.


Refugio de pescadores con sitio para hacer fuego

En los refugios para pescadores hay sitios destinados a realizar hogueras para combatir las bajas temperaturas nocturnas y de rebote a los mosquitos que son legión, tal parece que conocen a los forasteros, hay millones y en momentos determinados llegan a sacar de quicio al más templado, hay que utilizar productos antimosquitos y lo mejor que uno puede hacer es no dejar al aire la piel, en caso contrario te van a picar si o si. Como ejemplo os puedo comentar que a pesar de haberme duchado con líquido antimosquitos cada media hora, el primer día acabe con no menos de 20 picotazos en la zona de la nuca, en esa pequeña parte, que la gorra de pesca deja al descubierto y que no había rociado con el antimosquitos.


Interior de otro refugio, con sitio para hacer fuego y chimenea para salida de humos

La sorpresa más impactante fue que en algunas de estas posturas salmoneras, aparte de la cabaña, también había mesas con bancos de madera donde poder comer los bocadillos o dejar las cosas y otra cabañita de madera donde en un cartel ponía “FÖR FISKARE” (PARA PESCADORES) al abrir la puerta, oh! sorpresa, era un váter, con asiento y había hasta rollo de papel para limpiarse.



Váter para pescadores con su cartel, en el suelo a la derecha 



                                         
  Área para pescadores a orillas del río Åbyn




El váter en cuestión tenía dos divisiones, una delantera que recogía la orina y la trasera recogía las deposiciones sólidas, dentro de una bolsa de plástico, que era retirada cada pocos días. 
Mi primer pensamiento era que si esto mismo lo pusieran en nuestros ríos, robaban hasta la mierda. 
Otra cosa que te sorprende es que allí nadie toca las cosas que no son suyas, me explico, los pescadores locales suelen llevar dos o tres cañas de dos manos tipo Spey ya montadas con diferentes líneas de hundimiento, llegan a la varada, saludan, comentan cosas sobre la pesca, esperan su turno y cuando les corresponde dejan las cañas que no utilizan y todo el equipo que llevan con ellos (Mochilas – silla, aparejos, comida…) y comienzan a pescar la varada, sin preocuparse, pues saben que a nadie se le ocurriría cambiarlo de sitio. Vimos a un pescador sueco que perdió una caja de moscas de salmón, encontrada por un pescador finlandés, que la dejó encima de una mesa de madera a la orilla del río y al día siguiente cuando el pescador sueco volvió a la misma varada la caja de moscas allí estaba intacta. 
Para finalizar comentaros que mis dos compañeros de pesca Dani y Víctor pescaban salmones del Báltico, mientras yo me dedicaba a los otros salmónidos. El balance de estos 10 días de pesca respecto a los salmones fue la captura de un salmón de 82 cm. y un peso de 5,8 kg. y la pérdida de otro salmón que se llevó la línea al romper el backing, lo vimos saltar y marchar con todo río abajo. Puedo asegurar que era mucho mayor que el primero, pero ya se sabe… siempre escapan los más grandes…


Víctor Maurín con “su” salmón del Báltico


Mosca tubo, con la que se capturo el salmón



La misma mosca, nueva, sin estrenar

En definitiva, el viaje de pesca de tímalos en el río Byske lo calificaría como excelente, la pesca es muy agradable, teniendo tabladas muy largas de corrientes moderadas y otras con un poco más de tiro de agua, con un número increíble de peces, que comen mejor en el fondo, pero que son capaces de subir a la superficie a capturar nuestra artificial. El tamaño no es excesivo, pero en todas las jornadas existe la oportunidad de capturar unos cuantos ejemplares de buen tamaño. La práctica de la pesca se realiza en un entorno natural, muy limpio y poco degradado, teniendo prácticamente todo el río para uno, excepto las varadas de salmón. 
El precio de la vida es bastante parecido al de España, con la excepción del tabaco y de las bebidas alcohólicas, que son bastante más caras. La única bebida alcohólica que se podía comprar en el supermercado era la cerveza y tenían una graduación alcohólica que no podía superar en 3% del volumen. Las bebidas alcohólicas de graduación más alta se venden en tiendas especializadas. 
Por último dar las gracias a mis dos compañeros de viaje Daniel Agut (La Rubia) y Víctor Maurín, por hacerme el viaje de lo más agradable, hacer de traductores, conductores, guías de pesca… etc. y aguantar mis manías sin protestar ni una sola vez, en este viaje no hubo una mala cara, un mal gesto, una pequeña discusión… nada… y eso se agradece después de convivir las 24 horas del día los 12 días que duró el viaje. 
MUCHAS GRACIAS COMPAÑEROS


ARCADIO MARTÍNEZ LLANO

2 comentarios:

  1. Impresionante artículo, una pasada, a mi me ha llegado al alma la educación-concienciación que tienen allí.
    Aquí dejamos todo hecho una pocilga, o te desvalijan todo lo que dejes en el coche, o se te pone el "listillo" de turno delante de ti a tocar los eggs para joerte la tirada... en fin, cuanto nos queda por aprender.
    Felicidades a los pescadores, sobre todo al que sacó ese precioso salmón... ojalá algún día pueda hacer una escadita de esas, o mejor aun, aquí se pueda pescar parecido a como se hace por ahí fuera.
    Saludos y buena pesca.

    ResponderEliminar
  2. Joder Arcadio, que recuerdos me vienen con tu relato. Este año no he podido ir con vosotros, pero en cuanto tenga oportunidad volveré a ese río o a algún otro de Suecia. Si me permitís voy a daros mi opinión. El Byske es un rio para ir a pescar salmón preferentemente, estoy seguro que en los afluentes que tiene o en los lagos (como el que está antes de llegar a la zona cinco)son más apropiados para truchas, tímalos y demás. El problema es que si váis juntos salmoneros y trucheros no se puede hacer todo, salvo que haya varios coches. Para ir al salmón hay que estar como nosotros "locos perdidos" y enfermo de cojones...Como ya ha explicado Arcadio es muy jodido pescar un salmón y no porque no los haya en el río. No obstante el paisaje, la cultura de aquella gente, las 24 horas de luz ya merecen una visita. El que quiera intentarlo con el Rey del río tiene que saber que deberá lanzar debidamente, no nos valen lances por encima de la cabeza en casi ninguna postura. Tampoco es que haya que lanzar como Mortensen, pero sí hacerlo un poco decente y poniendo metros por delante. Tendremos que lanzar puntas y líneas hundidas que requieren de algo de técnica. Por lo demás que queréis que os diga, una maravilla de Páis y de cultura, parecido a la mierda que nos encontramos aquí.....

    ResponderEliminar