miércoles, 22 de enero de 2014

Apuntes sobre gestión truchera del Aller


Cuando uno es el tercero en discordia en un universo de tres, la verdad es que la situación se torna preocupante. En Asturias el rey de las aguas continentales del Principado es el salmón, la medalla de plata es para el reo y la trucha cierra el cuadro de honor. De las aproximadamente 40.000 licencias de pesca en aguas continentales astures, potencialmente el 100 % de ellas son trucheras, incluidas las del reo al ser este una trucha común migratoria, y tan y tan solo  14.000 son para el salmón. Sin embargo la trascendencia mediática del salmón en los ríos asturianos eclipsa a los otros salmónidos, tal vez  motivada por el hecho de que el 90 % de las capturas del monarca fluvial hispanas se produzcan en Asturias.


            Desde el traspaso de competencias en materia de pesca, al Gobierno Regional en 1984, no se ha establecido un marco lógico de referencia para la gestión de los recursos ícticos, especialmente los trucheros. Hemos visto como se gestiona la pesca pero no los peces ni los ríos y consecuentemente los ecosistemas acuáticos se resienten.

            Las sucesivas leyes de pesca y afines han ayudado a que la confusión facilitase una cómoda inercia en la toma de decisiones, sin una clara planificación a medio plazo que justifiquen las medidas tomadas.


            La Cuenca del Aller-Caudal no ha sido ajena a estos avatares y no se ha librado de decisiones aleatorias, acertadas unas veces y desafortunadas otras. Pero curiosamente el modelo o sistema intuitivo de gestión ha funcionado, lo que no es disculpa para buscar su mejoría. A base de mantener una serie de tramos vedados y la posterior traslocación de poblaciones procedentes de los mismos hacia tramos libres, junto con la existencia de dos acotados tradicionales, Aller-Collanzo y San Isidro-Felechosa  y unas zonas libres accesibles y con poblaciones de fario razonables, las cosas se mantienen y mejoran. Si a esta fabada allerana le añadimos el compango en forma de repoblaciones controladas con fario autóctona del lugar, como mal menor, la comida ya está lista para ser degustada. Puede que las repoblaciones no sean el mejor sistema, pero es lo que hay y de momento funcionan a modo de  tributo al maltrato histórico de nuestras aguas. Eso no quiere decir  que en otros lugares funcione, pero aguas arriba de donde el Aller se funde con el Lena para ser el Caudal, la cosa funciona.


            No me cabe ninguna duda que buena parte de la culpa de que las aguas del Aller alberguen buenas truchas se debe al Maravayu, y no es coba barata de articulista agradecido. Muchas veces la importancia de lo que haces es menor respecto a lo que obligas a hacer a los que gestionan el recurso, y eso es lo que deben hacer las Sociedades de pescadores, sobre todo las que intensifican su trabajo en una cuenca fluvial. Por muchos peces que salgan del Molín de Peón, por muchas jornadas en las que nos sonrojemos viendo lo que hacemos con nuestros ríos y por muchos frezaderos que rastrillemos, de nada serviría todo esto si desde el Maravayu no se presionase a los gestores del medio fluvial para que vigilen que pasa con las obras del corredor del Aller,  las minicentrales  en proyecto,  la calidad de las aguas…

         
   

En Asturias hay muchos colectivos que se dedican a diseñar y pontificar sobre el origen del universo y la paz mundial, sobre todo en el mundillo de la pesca, y diseñan enormes edificios mientras que en su casa tienen goteras. Merecen especial atención aquellos que pretenden mantener el monopolio regional del asociacionismo pesquero, como en tiempos pretéritos, a costa de buscar un hueco entre el laborioso trabajo que realizan otras asociaciones mucho menos numerosas pero infinitamente más serias y reales (en su sentido estricto y no en el honorífico).


            La evolución no ha de ser constante, a veces más rápida y otras más lenta y el Maravayu avanza lento como los trenes de Tozeur, a los que  canta Batiatto y nunca existieron, o rápido como el precio de los combustibles, según corresponda y las circunstancias lo pidan. La zona de pesca sin muerte del tramo bajo del Aller solicitada por el Maravayu es una muestra de la evolución constante, lógica y necesaria, mientras que las protestas por las obras del corredor son otra.

Siempre eché de menos un acotado sin muerte de referencia en la cuenca, para lo que valdría el vedado de Cabañaquinta como ya ocurrió hace unos años, que devolviese el prestigio dañado al Aller y sus acotados y demostrase que no hace falta mantener un coto con peces a base de repoblaciones periódicas, como ocurre aguas abajo en el Caudal.


            El sistema de gestión aplicado para el Aller funciona, tiene sus lagunas pero también sus oasis, aunque creo que de manera global evoluciona correctamente. Al Maravayu solo me queda pedirle que se mantenga vigilante para que todo siga por lo menos igual, sin prisa pero con calma y tesón.

El futuro de la cuenca del Aller pasa por una recuperación, o más bien regeneración, integral del río, tan sencilla como dejar al río que trabaje y se desarrolle en su plenitud, sin mayores ingerencias antrópicas. El corredor del Aller o la estación de Fuentes de Invierno y todo tipo de intervenciones más o menos oportunas o necesarias, deben desarrollarse sin generar afecciones ambientales irreversibles, ya que el desarrollo no es incompatible con la conservación.

Me atrevo a sugerir a los organismos y consejerías competentes en todo lo relacionado con nuestras aguas y peces, que desarrolle lo previsto en la Ley protección de los ecosistemas acuáticos y de regulación de la pesca en aguas continentales del Principado de Asturias. Concretamente en su artículo 9 habla de un Plan Técnico de Gestión para cada Cuenca o Unidad Homogénea de Gestión, que no viene a ser más que una planificación ordenada y coherente para saber lo que debemos hacer con lo que tenemos. El papel lo aguanta todo pero también recuerda nuestros olvidos en público. Animo a los Ayuntamientos ribereños, al Maravayu y a todos los colectivos e instituciones comarcales a participar y exigir la elaboración del Plan como documento de referencia futura.


Las cosas si van bien no merece la pena tocarlas, pero si es para mejorarlas debemos asumir el riesgo.


Pd : Articulo escrito por Juan Antonio Lazaro Menendez y publicado en la revista El Maravayu en el año 2008

2 comentarios:

  1. asi es.Y si,un coto s/m donde ahora esta vedado ;para hoy en ,dia le vendria mas que bien y daria a ver por donde deben ir los tiros!saludos.

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  2. Completamente de acuerdo. Se puede decir más alto pero no más claro.
    Artículo escrito hace 8 años, vigente actualmente y los años que nos quedan...
    Saludos.
    Arcadio

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