Cuando uno es el tercero en
discordia en un universo de tres, la verdad es que la situación se torna
preocupante. En Asturias el rey de las aguas continentales del Principado es el
salmón, la medalla de plata es para el reo y la trucha cierra el cuadro de
honor. De las aproximadamente 40.000 licencias de pesca en aguas continentales astures,
potencialmente el 100 % de ellas son trucheras, incluidas las del reo al ser
este una trucha común migratoria, y tan y tan solo 14.000 son para el salmón. Sin embargo la
trascendencia mediática del salmón en los ríos asturianos eclipsa a los otros
salmónidos, tal vez motivada por el
hecho de que el 90 % de las capturas del monarca fluvial hispanas se produzcan
en Asturias.
Desde
el traspaso de competencias en materia de pesca, al Gobierno Regional en 1984,
no se ha establecido un marco lógico de referencia para la gestión de los
recursos ícticos, especialmente los trucheros. Hemos visto como se gestiona la
pesca pero no los peces ni los ríos y consecuentemente los ecosistemas
acuáticos se resienten.
Las
sucesivas leyes de pesca y afines han ayudado a que la confusión facilitase una
cómoda inercia en la toma de decisiones, sin una clara planificación a medio
plazo que justifiquen las medidas tomadas.
No me cabe
ninguna duda que buena parte de la culpa de que las aguas del Aller alberguen
buenas truchas se debe al Maravayu, y no es coba barata de articulista
agradecido. Muchas veces la importancia de lo que haces es menor respecto a lo
que obligas a hacer a los que gestionan el recurso, y eso es lo que deben hacer
las Sociedades de pescadores, sobre todo las que intensifican su trabajo en una
cuenca fluvial. Por muchos peces que salgan del Molín de Peón, por muchas
jornadas en las que nos sonrojemos viendo lo que hacemos con nuestros ríos y
por muchos frezaderos que rastrillemos, de nada serviría todo esto si desde el
Maravayu no se presionase a los gestores del medio fluvial para que vigilen que
pasa con las obras del corredor del Aller,
las minicentrales en proyecto, la calidad de las aguas…
En Asturias
hay muchos colectivos que se dedican a diseñar y pontificar sobre el origen del
universo y la paz mundial, sobre todo en el mundillo de la pesca, y diseñan enormes
edificios mientras que en su casa tienen goteras. Merecen especial atención
aquellos que pretenden mantener el monopolio regional del asociacionismo
pesquero, como en tiempos pretéritos, a costa de buscar un hueco entre el
laborioso trabajo que realizan otras asociaciones mucho menos numerosas pero
infinitamente más serias y reales (en su sentido estricto y no en el honorífico).
La
evolución no ha de ser constante, a veces más rápida y otras más lenta y el
Maravayu avanza lento como los trenes de Tozeur, a los que canta Batiatto y nunca existieron, o rápido
como el precio de los combustibles, según corresponda y las circunstancias lo
pidan. La zona de pesca sin muerte del tramo bajo del Aller solicitada por el
Maravayu es una muestra de la evolución constante, lógica y necesaria, mientras
que las protestas por las obras del corredor son otra.
Siempre eché de menos un acotado sin
muerte de referencia en la cuenca, para lo que valdría el vedado de
Cabañaquinta como ya ocurrió hace unos años, que devolviese el prestigio dañado
al Aller y sus acotados y demostrase que no hace falta mantener un coto con
peces a base de repoblaciones periódicas, como ocurre aguas abajo en el Caudal.
El sistema
de gestión aplicado para el Aller funciona, tiene sus lagunas pero también sus
oasis, aunque creo que de manera global evoluciona correctamente. Al Maravayu
solo me queda pedirle que se mantenga vigilante para que todo siga por lo menos
igual, sin prisa pero con calma y tesón.
El futuro de la cuenca del Aller pasa por una
recuperación, o más bien regeneración, integral del río, tan sencilla como
dejar al río que trabaje y se desarrolle en su plenitud, sin mayores
ingerencias antrópicas. El corredor del Aller o la estación de Fuentes de
Invierno y todo tipo de intervenciones más o menos oportunas o necesarias,
deben desarrollarse sin generar afecciones ambientales irreversibles, ya que el
desarrollo no es incompatible con la conservación.
Me atrevo a sugerir a los organismos
y consejerías competentes en todo lo relacionado con nuestras aguas y peces,
que desarrolle lo previsto en la
Ley protección de los ecosistemas acuáticos y de regulación
de la pesca en aguas continentales del Principado de Asturias. Concretamente en
su artículo 9 habla de un Plan Técnico de Gestión para cada Cuenca o Unidad
Homogénea de Gestión, que no viene a ser más que una planificación ordenada y
coherente para saber lo que debemos hacer con lo que tenemos. El papel lo aguanta
todo pero también recuerda nuestros olvidos en público. Animo a los
Ayuntamientos ribereños, al Maravayu y a todos los colectivos e instituciones
comarcales a participar y exigir la elaboración del Plan como documento de
referencia futura.
Las cosas si van bien no merece la
pena tocarlas, pero si es para mejorarlas debemos asumir el riesgo.
Pd : Articulo escrito por Juan Antonio Lazaro Menendez y publicado en la revista El Maravayu en el año 2008
asi es.Y si,un coto s/m donde ahora esta vedado ;para hoy en ,dia le vendria mas que bien y daria a ver por donde deben ir los tiros!saludos.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo. Se puede decir más alto pero no más claro.
ResponderEliminarArtículo escrito hace 8 años, vigente actualmente y los años que nos quedan...
Saludos.
Arcadio