jueves, 24 de octubre de 2013

Gütermania


Hola me llamo José y soy “Gütermaniaco”

Hace unos meses acudí al médico porque me encontraba raro. Le comenté que dormía mal y la única forma de coger el sueño era contando números: 5, 6, 7,...,  45,..., 139, 158, 162,..., 258,..., 286,.., 431,..., 900, 901,..., y que siempre que iba caminando por cualquier calle y me encontraba con una mercería sentía una fuerza extraña que me llevaba irremediablemente hacia su interior. Me pregunta, si soy pescador, lo cual me deja sorprendido por su atino, a lo que le respondo afirmativamente. Me dice que padezco una enfermedad nueva entre los pescadores que se llama “Gütermanía” y que no me preocupe pues él también es pescador y “gütermaniaco”. Me recomendó un psicólogo amigo suyo, también pescador, al que él había acudido. El cual le regaló un 431 y parece ser que ¿mejoró? sustancialmente.



Una vez reconocido mi problema, comienzo a observar que hay mucha gente que padece esta enfermedad. Tengo una amistad que estuvo separado tres meses de su mujer, porque la encontró reparando un roto de un pantalón con un hilo color verde, con una de esas bobinas que tenía su marido en una caja entre otras  12.430 bobinas de colores, cuando se acercó comprobó que estaba usando ¡un 900!. Conozco a otra persona que organiza viajes y en vez de visitar museos se dedica a visitar mercerías. Hay otros que se dedican al coleccionismo como si fueran cromos de “pipi calzaslargas”

Es decir, que existen incluso variantes de la enfermedad que incrementa el problema, por lo que  hay que tratarlo de forma individualizada. He oído decir, que se estudia crear una nueva rama dentro de la psicología para tratar este tema, pues va en aumento.

Creo que se debería crear una asociación de adictos a la Gütermanía, y solicitar una indemnización colectiva al causante de esta enfermedad. ¡Pues sí!, aunque parezca extraño existe un culpable de esta situación, que es quien a causado este lío y es el único que puede resolver este problema, su nombre es “Gütermann”, empresa dedicada a la fabricación y venta de materiales para la confección. Entre estos materiales se encontraba el torzal de seda natural  que se presentaba en bobinas de 10 metros. Originalmente, la carta de colores del torzal de seda de Gütermann se componía de más de 1.100 tonos. Gracias a la calidad y diversidad de tonos y colores que tenía dicha carta, suponía el material por excelencia pare el montaje de moscas, sobre todo y especialmente para las moscas ahogadas españolas.  Cualquier tonalidad que un pescador quisiera reflejar en el cuerpo de una mosca, era prácticamente imposible no encontrarlo entre tal magnitud de tonos y colores, en donde muchos de ellos prácticamente eran iguales.

Entre estos tonos y colores, hubo algunos que por su efectividad alcanzaron gran popularidad entre los pescadores: 431, 900, 901, 7, 139, 662, 449, 258, 300, 162, 865, 977,........, y otros muchos más. Pero ¿qué ocurrió?, pues que por razones de mercado a esta empresa no se le ocurre otra cosa que reducir el número de colores de su carta de torzal de seda, dejándola actualmente a unos 60 colores.



Aquí comenzó el problema, muchos pescadores y montadores comenzaron a terminar sus existencias particulares y cuando comenzaron a acudir a las mercerías, se encontraron, conque colores que tantas tardes de gloria les habían proporcionado ya no se fabricaban, algunos no les quedó más remedio que buscar alternativas con otros materiales, posiblemente lo más inteligente, pero otros nos resistimos a ello por lo que nos dedicamos a peregrinar de mercería en mercería con la esperanza de encontrar alguno de estos míticos colores.

Pero lo peor es que nuevos pescadores que nunca habían usado este material para la pesca, y al encontrar fichas de montaje de moscas donde la composición del cuerpo se hace referencia a estos colores y atraídos por la “no existencia” y por lo que no tengo es lo que más pesca, se han contagiado de esta enfermedad.

Entre unos y otros se ha desatado la locura, la nueva carta de colores se desprecia, se demanda aquellos colores que existiendo todavía en dicha carta y que pescan muy bien, se prefiere lo antiguo, las bobinas de cartón y entre estas aquellas bobinas de hace 30 ó 40 años cuyo hilo venía envuelto sobre papel y las referencias venían escritas en letras de redondilla en verde. Hay algunos que hasta afirman que son mejores porque tienen otro tacto y otro brillo, cuando realmente lo que importa es como se presenta dicho hilo en mojado, que es como lo ve el pez, con lo cual el brillo prácticamente se pierde a no ser que barnice la mosca.


Cuando tengo algún momento de lucidez, me siento y reflexiono sobre todo esto. ¿Cuál es el fin último en la pesca? , pues pescar, conseguir engañar al pez que tratamos de pescar con un señuelo, en este caso con una mosca artificial. ¿Pero cómo se obtiene dicho fin? Esta claro que “la mosca sola no pesca, pero ayuda”, pero también esta claro que aunque una persona lleve una buena imitación de insecto o mosca artificial, sino se presenta de forma adecuada, con un lance apropiado, no se tiene en cuenta la corriente y condiciones del río, es decir tener una buena lectura del momento difícilmente obtendremos una picada del pez. Con esto quiero decir que en un 80 ó 85 por ciento de la pesca lo importante es el pescador, sus conocimientos y su buen hacer, la mosca es una prolongación más del pescador y si lleva unas buenas imitaciones mejor que mejor.

Por lo tanto ¿qué nos lleva a esta locura?. Pienso que es motivado por la degradación de las poblaciones entre las especies piscícolas. Cada vez hay menos peces, por diferentes motivos, cada vez es más habitual venirte para casa con un bolo, con lo cual buscamos explicaciones, ¿será que las moscas no son buenas?. El de al lado cogió una trucha, y según me dijeron llevaba una mosca hecha con estos hilos. Me conecto a Internet y en los foros de pesca solamente hablan de estos hilos, lo mismo que en algunos artículos de revistas especializadas. Como no poseo tal número, pues por eso no pesco. Nunca hemos llevado, mejores cañas, mejores sedales, mejores carretes, en definitiva mejores equipos y cada vez pescamos menos y aquí esta el problema y la explicación, por el estado actual de nuestros ríos. Mi compañero de pesca, gallego, con más años que yo, ribereño del río Lor, que transcurre por la provincia de Lugo, siempre me cuenta sus memorables pescatas  con una caña de bambú de un tramo, fabricado por él mismo y con un bote que hacía a modo de carrete, en el que enrollaba el sedal en su superficie, del sedal colgaba varias moscas, mucho peor hechas y alguna de ellas asustarían a los peces de hoy en día, y rematando con una especie de corcho pesado, realizaba verdaderas cabriolas para conseguir hacer buenos lanzados. Iba en zapatillas y con la ropa más vieja y de cualquier color que tuviera. Pues así pescaba y muy bien. Hoy en día esta desesperado, con caña de grafito y titanio,..., 6, 7,..., carrete de grafito de 9 rodamientos y 7 de recuperación, 350,... y nada de nada y ,..., 458,...., huy, se me esta yendo otra vez la olla,..., 528, ...,580,..., 865,..., 900, 901, ........


Estuve mucho tiempo buscando este articulo en mi ordenador, fue publicado en la revista El Maravayu en Agosto de 2005 y esta mas que vigente 8 años despues.




1 comentario:

  1. Hola a todos me llamo Jose Miguel y tambien tengo los mismos sintomas ¿ Tendre hilitis ?

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