Nuestros
ríos y pequeños arroyos de montaña son una joya que deberíamos cuidar.
Aguas
puras y oxigenadas en unas vertientes muy pronunciadas, que junto a un bosque
de ribera autóctono y por lo general muy bien conservado van creando una
truchas salvaje y autóctona de pequeño tamaño porque la comida escasea, pero duras
de pelar y muy difíciles de engañar.
Siempre
son parajes hermosos, unos con pequeños bosques
con una gran variedad de árboles en sus orillas otros sin árbol alguno en sus
orillas por lo extremo del tiempo, pero la mayoría de las veces la pesca es un
pretexto con tal de contemplar esas maravillas de la naturaleza.
Casi
tenemos que practicar una pesca de acecho, pues a unas aguas limpias y cristalinas
debemos añadir truchas muy asustadizas, que ante el mínimo movimiento, o una
pequeña sombra que se proyecta sobre su campo de visión nos localizan y huyen.
Su
pesca a mosca seca significa para el pescador doctorarse en ese arte, pues sus
ataques para coger nuestra artificial son muy rápidos, en muchas ocasiones no
nos da tiempo ni a mover la mosca.
Las truchas de este rio de montaña, que por cierto tiene una librea espectacular parece
que intuyen que la temporada de pesca ya termino, y que por las orillas de su
río no andan unos señores con unas largas varas ni botas hasta la cintura, sino
ver que tranquilas posan para la cámara.
Saludos desde la cuenca del
Aller
muy bonitas fotos.saludos.
ResponderEliminarPreciosos paisajes , Un abrazo
ResponderEliminarMe gusta mucho la última foto... parece como si supiera que la estaban fotografiando y posara para la ocasión.
ResponderEliminarSaludos.
Arcadio
Hola a todos. Tengo un cuadro de Belarmino Martínez con las diez moscas de salmón asturianas más la Silver, Ulla, Pas... igual que el que describía José Luis Augusto hablando de aquel artista. Es un cuadro muy exclusivo Si alguien tiene interés en adquirirlo, espero su mensaje. Saludos.
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