Tiendas de Pesca

Que este mundo de la pesca va cambiando no es ninguna noticia, para unos muy poco a poco, para otros a pasos agigantados, pero creo que hay viejas tradiciones y viejas costumbres que no deberían cambiar nunca.

Para los pescadores, tanto de río como de mar, las tiendas de pesca eran parte de la pesca en sí, tiendas de todo tipo, grandes, pequeñas, antiguas y modernas eran el lugar de encuentro, de compra, de aprendizaje, de recordar jornadas de pesca, eran una universidad para el pescador novel, el que se iniciaba e intentaba aprender y llevar a cabo todos los buenos consejos que recibía por parte de los “catedráticos” que de aquella imponía solo el escucharlos.

Pero como os decía al principio, algo está cambiando y no se que está pasando con estas tiendas, desaparecen, están cerrando las puertas y no hay nadie que tome el relevo de esa gente que pasó años tras los mostradores, vendiendo hilos, anzuelos, cañas, botas y cestas de pescar entre otras muchas cosas.

Tenemos casos concretos de tiendas ya desaparecidas:

• Codimóvil, en Mieres, gran tienda de pesca donde las hubiera, de sus aulas salieron grandes pescadores, era una tienda rancia - y lo de rancia siempre lo dije en el buen sentido de la palabra, se puede consultar el Diccionario de la Real Academia o el Espasa- y sin lujos, era un lugar muy entrañable para mí.
Cientos de cañas, carretes, anzuelos y demás materiales poblaban sus estanterías y sus cajas, siempre recordaré a Cholo cuando le ibas a comprar algún material un poco raro y te comentaba: lo tengo pero no se donde, sino te corre prisa dame unos días para localizarlo, y siempre lo encontraba, que recuerdos.

• Armería Matías, otra tienda con otra trayectoria importante detrás de ella, La tienda estaba en Pola de Lena, más pequeña que la anterior, pero cumplía con los requisitos necesarios tanto para cazadores como para pescadores. Siempre recordaré aquellas moscas raras que estaban montadas con un material nuevo, el “cul de canard”, el montador era un desconocido, hoy es una figura mundial en este mundo del montaje: Petitjean

• Librería Casado, en Moreda, no era una tienda de pesca al uso, pero en ella no faltaban cañas, carretes, moscas y cestas, hace un tiempo que cerró sus puertas, tampoco hubo relevo para que continuaran en el negocio.

• Armería Collín, de Oviedo, una tienda tradicional con muchos años a sus espaldas y con unos grandes profesionales al frente de ella, hace poco tiempo que cerró sus puertas, los años transcurren, llega la época de la jubilación y nadie continúa con la tienda, no hay relevo generacional.

Y las que siguen abiertas, llámense Armería Abella y Alayor en Mieres, o Armería Aller en Moreda, ¿que pasará cuando sus propietarios lleguen a la edad de jubilación?, ¡cerrojo y se acabó!, antes eran negocios que pasaban de padres a hijos, hoy no hay continuidad en esas sagas familiares.

Quizá deberíamos reflexionar y buscar los motivos, menos truchas en nuestros ríos podría ser una causa, que no hay relevo generacional en los pescadores podría ser otra, pero un amigo me comentaba que él piensa que la globalización e Internet están acabando con las tiendas de pesca y me explicó su idea.

Hoy la “red” te pone en la pantalla del ordenador miles de opciones para comprar y en materia de pesca no podía defraudar, cañas, carretes, vadeadores, líneas, anzuelos, moscas ya confeccionadas, libros, revistas, ropa y un etc. muy largo se ofertan a diario en portales como por ejemplo Ebay, y con el paso de los años la gente está perdiendo el miedo a comprar.

Lo que antes se compraba en la tienda de siempre hoy se compra en Internet, hasta las famosas plumas de los gallos de León se venden por Internet, los montadores de moscas ya no necesitan visitar La Cándana, Campohermoso ni La Vecilla para comprar tan preciadas plumas.

Yo sigo siendo de la vieja escuela y hay muchas cosas que no me harán cambiar ni Internet ni la globalización, sigo siendo un asiduo visitante de las tiendas de pesca que nos van quedando en Asturias, aprovecho las ocasiones cuando salgo fuera de Asturias para conocer otras, y no me gustaría que fueran un recuerdo en la memoria de los pescadores.